Agencias.- A la tierra solo le quedaría 2 millones de años de vida, siendo las plantas y los animales los primeros en extinguirse. Sus herederos serán microbios muy pequeños y, luego de ello, la vida desaparecerá por completo.
Este apocalipsis se producirá como resultado de la insuficiencia de dióxido de carbono en la atmósfera y no de su exceso. Conforme el Sol vaya calentándose y envejeciendo, el proceso de evaporación se acelerará y las reacciones químicas con el agua de lluvia reducirán la cantidad de dióxido de carbono.
Según una investigación de científicos liderada por el astrobiólogo Jack O’Malley-James, de la Universidad de Saint Andrews de Escocia, habrá muy poco gas carbónico para que las plantas realicen la fotosíntesis y sobrevivan. Cuando esto ocurra, la vida como la conocemos desaparecerá.
A la muerte de las plantas, sobrevivirán los animales herbívoros que se alimentarán de sus restos y los carnívoros harán lo mismo con los herbívoros. Al final quedarán solo los microbios que también tendrán sus días contados, afirman los investigadores.
“Los organismos sobrevivientes deberán soportar un calor extremo” y lo más seguro “es que también mueran”, aseguró O’Malley-James.
Este apocalipsis se producirá como resultado de la insuficiencia de dióxido de carbono en la atmósfera y no de su exceso. Conforme el Sol vaya calentándose y envejeciendo, el proceso de evaporación se acelerará y las reacciones químicas con el agua de lluvia reducirán la cantidad de dióxido de carbono.
Según una investigación de científicos liderada por el astrobiólogo Jack O’Malley-James, de la Universidad de Saint Andrews de Escocia, habrá muy poco gas carbónico para que las plantas realicen la fotosíntesis y sobrevivan. Cuando esto ocurra, la vida como la conocemos desaparecerá.
A la muerte de las plantas, sobrevivirán los animales herbívoros que se alimentarán de sus restos y los carnívoros harán lo mismo con los herbívoros. Al final quedarán solo los microbios que también tendrán sus días contados, afirman los investigadores.
“Los organismos sobrevivientes deberán soportar un calor extremo” y lo más seguro “es que también mueran”, aseguró O’Malley-James.