De esta forma, de acuerdo con un estudio realizado en Estados Unidos, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas resultaría nocivo para los huesos humanos, especialmente para aquellas personas que presentan fracturas, debido a que el alcohol reduce la presencia de mineral en la estructura ósea. “Además de contribuir a las fracturas óseas, el alcohol también deteriora el proceso de curación.
Así que agreguen esto a la lista de razones por las que no se debe abusar de alcohol”, dijo el médico Roman Natoli, principal investigador del estudio en un comunicado. Para el estudio, presentado en la reunión anual de investigación de la Sociedad Americana de Investigación Ósea y Mineral, investigadores de la Universidad Loyola, en Chicago, utilizaron dos grupos de roedores a los cuales alimentaron ya fuera con agua salada (como control) o alcohol (equivalente a tres veces el límite legal para conducir en humanos).
Los análisis mostraron que el callo, el tejido óseo duro que se forma alrededor de los extremos de los huesos fracturados, resultó menos mineralizado en los roedores que habían consumido alcohol que en aquellos a los que se les suministró agua.
De igual manera, se observó también que en los primeros el hueso que se formó no era tan fuerte.“Hemos encontrado que la expresión de ciertos genes importantes para mantener la integridad ósea se alteran por la exposición al alcohol”, dijo el doctor John Callaci, otro de los investigadores del estudio.
Durante el proceso de curación, el cuerpo envía células madre inmaduras al sitio donde se localiza la fractura y, después de llegar a dicho punto, las células madre maduran hasta convertirse en células óseas.
En el proceso están involucradas dos proteínas, conocidas como SDF -1 y de OPN, las cuales aparecen en el reclutamiento de células madre para el lugar del cuerpo en donde ocurrió la lesión. Sin embargo, en el caso del grupo de ratones expuestos al alcohol, los niveles de OPN fueron significativamente más bajos de lo normal.
A lo anterior se suma que los ratones expuestos al alcohol mostraron signos de estrés oxidativo, un proceso que afecta a las funciones celulares normales, dado que tenían niveles significativamente más altos de malondialdehído, un marcador para este tipo de estrés.
Por su parte, los investigadores plantean ahora dos posibles tratamientos para contrarrestar los efectos negativos del alcohol sobre la cicatrización ósea.
Estos pueden consistir en inyectar células madre en ratones para mejorar la cicatrización, o bien, administrar NAC, un antioxidante que combate el estrés oxidativo.
De resultar efectivas estas terapias para los grandes bebedores de alcohol, la posibilidad de que también puedan acelerar la curación en los no bebedores sería grande, agregaron los investigadores.
sinembargo.com