Roberto Romero y sus disparates / Columna

Por Jesús Olivas Figueroa
La de por sí deteriorada imagen del Secretario de Gobierno Roberto Romero, terminó por hacerse añicos, y como no, si sus declaraciones en torno al bloqueo que mantienen los Yaquis junto a los del
Movimiento No al Novillo, aplastó sin misericordia la diminuta capacidad que ha demostrado.
Nadie lo podía creer, decirles Yauis “X” a los que visitaron Hermosillo para dejar clara su postura es inaceptable, y no es que hagamos una defensa a ultranza de la Tribu, claro que no, pero como cualquier ser humano merecen respeto y se deben de tratar por igual, no se puede dividir entre ciudadanos de primer y de segundo nivel.
Y menos un Secretario de Gobierno, quien supuestamente está para mediar una situación delicada, es el negociador nato, la mano derecha de un mandatario, el hombre de confianza, ese que apaga los fuegos más intensos, pero, no, Roberto Romero López destiló su inmadurez política, su coeficiente retardado, su vocabulario soez que terminó por incendiar las posturas de la etnia.
La gente se pregunta, ¿Qué espera Padrés para removerlo?; Algunos funcionarios y Diputados se preguntan, ¿Cuándo se decidirá el Gobernador?, nadie entiende qué clase de amistad los une como para seguir permitiendo que su amigo lo siga hundiendo cada vez que habla.
Roberto Romero representa cabalmente aquel título de una película, “Durmiendo con el enemigo”, no ha dado una, los fierros que se ha encargado meter a la lumbre no los ha podido enfriar, vaya, ni siquiera sacar del horno en llamas, sus mecanismos para solucionar los problemas del “Nuevo Sonora”, han fallado, han sido un fiasco.
En los últimos mese pocas veces ha salido a dar la cara, a ser ese gestor que necesita Padrés, a realizar su trabajo, el de escudo, el que le quita los trancazos al jefe, no, nada de eso ha logrado, todo lo contrario, pareciera que su deseo más “cainvelico” fuese el de dejar inerte, indefenso al mandatario, y saben qué, si es así, lo ha logrado.
No se ha sabido de un tema problemático por los que ha pasado este gobierno, que no haya golpeado a Padrés Elías, mire usted:
Transporte Público; COMUN; Acueducto Independencia; Bloqueo de carretera; Magistrado; Huída al Vaticano; Corrupción; No, nada se ha solucionado, todos estos fierros se siguen fundiendo en el fondo del infierno que ha provocado el selecto grupo de “amigos” de los que se rodeó Guillermo Padrés, todos son culpables, pero el principal, es el de Cananea, por soportar tanta incapacidad de sus casi carnales.
Si bien es cierto, al tema del Acueducto se le ganó un capítulo más, al conceder la SCJN que el trasvase se puede seguir llevando a cabo mientras la sentencia final no llegue, sin embargo, la percepción generalizada es que Padrés no hace las cosas bien, y apela a su gestión con tintes de imperialismo para salirse con la suya.
Nada de eso debería suceder, los problemas no deberían hacer mella en la humanidad desgastada del Gobernador, sus insipientes apariciones de pelo cano, ojos que denotan las pocas horas de sueño, mirada perdida en la búsqueda de componer lo que se desvió, sus declaraciones desencajadas que salpican la desesperación que lleva a cuestas, todo, todo se lo debe a su amigo, compadre, casi hermano, Roberto Romero López.
La incapacidad de una persona no es delito, no es pecado, pero si esa incapacidad te lleva a dañar a terceros, entonces se envuelve en esa metamorfosis que los lleva a delinquir, a pecar, a dañar a quien no debería, a hundir a quien le dio poder, un poder que no merecía, y que no supo qué hacer con el, ni hablar, hay de amistades a amistades, la de ellos, solo ellos.
Listo…DIOS LOS CUIDE, BENDIGA Y PROTEJA
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